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miércoles, 13 de octubre de 2021

¡EL “Y SI NO” DE DANIEL! DANIEL 3:17-18



Daniel 3:17-18 “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.”



La primera vez que escuche este versículo fue en una predica del pastor de la iglesia en la que me congrego, el pastor hablaba de la fe que el profeta Daniel había tenido en Dios, pero hubo algo que me puso a pensar, una frase; para ser especifico la primer frase del versículo 18, “Y si no”


Llegue a pensar que el profeta Daniel no tuvo tanta fe como el pastor decía, mi pensar era el siguiente: Daniel no tenía tanta fe, porque si la tuviera, no hubiese ni una pisca de incredulidad en que Dios lo libraría, ya que dijo: “Y si no” lo cual implica que si existe la posibilidad que Dios no lo salve.


No comprendía como usaban de ejemplo de fe a Daniel, cuando en su mente existía la posibilidad de que Dios no le hiciera el milagro que el pedía, por decirlo de algún modo.


Tenía más fe Elías o Eliseo a mi parecer porque no dudaban de lo que Dios haría. Ahora, mucho tiempo después de cuestionarme eso, Dios me hizo entender a qué se refería Daniel con ese “Y si no”

La fe de Daniel no estaba puesta en el milagro, estaba puesta en el que hace el milagro, ¡En Dios!


Muchas veces oramos a Dios con mucha fe, creyendo que él puede darnos ese milagro o esa petición que le hacemos, pero no nos la da, y eso en ocasiones nos hace pensar que por nuestros pecados, no somos dignos de recibir milagros de Dios, que Dios esta tan decepcionado de nosotros que nos quiere ver sufrir, para que de alguna manera paguemos por nuestros pecados, o que Dios está probando nuestra fe o quiere que le entreguemos algo a cambio del milagro (un pecado oculto, resentimiento, odio, vicio etc.)


¡Cuan equivocados estamos!


1) Es verdad no merecemos los milagros de Dios, pero él por su infinito amor y misericordia nos los da, como me dijo alguien hace un par de meses “Dios no te ama porque seas bueno, o porque serás bueno, Dios te ama porque él es bueno”
2) Cristo pago por tus pecados en la cruz del Calvario. ¡No tú!
3) No mentiré eso puede ser verdad, muchas veces Dios pone obstáculos para que nos demos cuenta si en verdad es fe lo que tenemos o un falso positivismo, o también puede ser que Dios quiere que le entreguemos algo que hace tiempo nos viene pidiendo y en ese caso hasta no entregárselo a Dios no veremos un avance en nuestra petición.



Pero a lo que Daniel se refería con ese “Y si no” no era a lo anteriormente dicho, ni mucho menos era falta de fe como yo llegue a creer, todo lo contrario.
Como dije antes Daniel no tenía puesta su fe en el milagro, sino en Dios, y por eso mismo él hizo a un lado el orgullo y la vanidad y confió su vida a Dios. Me explico.



Los creyentes le decimos Dios, Señor, pero queremos que él haga lo que decimos, donde lo decimos y cuando lo decimos. Lo llamamos Dios y Señor, pero lo tratamos como a un siervo, creemos y confiamos más en nuestra mente, y en nuestra fuerza que en la omnisciencia y omnipotencia de Dios.


Planeamos el milagro en nuestra mente creyendo que nuestros planes son mejores que los de Dios, y si Dios no nos da el milagro nos decepcionamos, nos enojamos, nos resentimos, dejamos de creer, dejamos de tener fe, porque muchas veces nuestra fe está puesta en el milagro y no en Dios.


El año pasado puedo decir que verdaderamente conocí a Dios, al Dios de la biblia no al que nos creamos nosotros mismos, a ese falso dios que le oramos son soberbia creyendo que los dioses somos nosotros. Yo estaba frustrado porque le pedía a Dios que me levantara de la cama en la que estaba postrado, y cada vez que oraba en vez de mejorar empeoraba, al principio creí que era falta de fe, mis pecados ocultos etc.


En su momento no lo entendí, pero Dios quería enseñarme lo engañado que estaba, y el lugar equivocado en donde yo estaba poniendo mi fe. Un día orando, desesperado por el dolor y porque no veía una mejora a pesar de mi fe y de haberle entregado algunas cosas a Dios, Dios me pregunto: “Si decidiera no levantarte de la cama, no sanarte, 
¿Seguiría siendo tu Dios? ¿Seguirías adorando mi nombre?


No mentiré, le dije que antes de responder quería pensar bien lo que diría, porque decir que si solo para a ver si me da la sanidad no era honesto, y él lo sabría. Yo quería que mi respuesta fuera consiente y de corazón, después de analizar mi vida descubrí que desde niño Dios ha estado conmigo, solo que nunca lo había notado, y comprendí que me puede hacer falta todo, aunque sea doloroso, pero no puedo vivir sin Dios.


Fue ahí donde comprendí ese “Y si no” de Daniel.
Daniel tenía tanta fe en Dios que sabía que las decisiones de Dios, son mejor que las suyas, y que si Dios permitía que él pasara por eso, es porque era su voluntad.


Te diré algo, hay algo más grande que la fe que tienes en recibir tu milagro, y eso es la voluntad de Dios, y para mí la prueba de ello está en la biblia: Mateo 26:39 “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” 


Esta es para mí la prueba, que la voluntad de Dios es más grande que la fe que puedas llegar a tener en recibir tu milagro, ya que quien estaba orando en este versículo de Mateo era Jesús mismo 

¿Tú crees que Jesús no tendría fe en el Padre, sabiendo que fue mandado por él?
Pero esto no era cuestión de fe, era la voluntad de Dios la que se tenía que cumplir. Y Jesús tenía su fe puesta en el Padre y en su voluntad y no en recibir respuesta a su petición.



Yo tuve que comprenderlo, y no fue fácil porque como dije antes, creemos en un dios falso que está obligado a hacer lo que nosotros decimos, no nos interesa en lo más mínimo si esa es su voluntad, lo que nos interesa es que haga nuestros milagros tal cual se los pedimos.


Yo decidí adorar y seguir a Dios, aun cuando él no me diera la sanidad que le pedí, porque él es mi Dios, él es mi Señor y yo soy su siervo.


No es fácil porque tienes que doblegar tu orgullo, pero no es imposible, con Dios todo es posible Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”


Ahora, tú le estas pidiendo algo a Dios, y cuando lo haga, cuando te dé el milagro, lo alabaras y glorificaras, pero “Y si no” 
¿Seguirá siendo tu Dios? ¿seguirás adorándolo y glorificándolo?


El “Y si no” es la manera corta de decir:
¡Aunque Dios no me dé el milagro, él sigue siendo mi Dios!


Aprendamos a confiar a tener fe en Dios, en que sus procesos son los mejores para nosotros, Dios no quiere hacerte daño, no se complace viéndote sufrir, la biblia dice:
Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”


Después de aceptar que el Dios es él y que yo soy su siervo, y de aceptar su voluntad las cosas en mi salud comenzaron a mejorar, no mentiré diciendo que fue sanidad inmediata, porque Dios me quería enseñar a tener paciencia, pero desde ese día las cosas comenzaron a mejorar hasta que pude levantarme del lecho como lo dice en Juan 5:8 “Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.”


Me despido animándote a que pongas tu fe en Dios, y descubrirás que te haga o no el milagro, él nunca te abandona. Dios te bendiga y recuerda que ¡Jesús te ama!


Hasta aquí con la pequeña reflexión del día de hoy!

Si aun no recibes a Cristo como tu único y suficiente salvador personal 
¡Te invito a que pueda hacerlo hoy mismo! 
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¡Que Dios te bendiga a ti y a tu familia grandemente!


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